LUIS ROMERO. NOCTURNOS

Comienza su vocación como pintor a muy temprana edad. Su formación se desarrolla sin asistencia a talleres o academias, por lo que se le puede considerar genuinamente autodidacta.

Después de las primeras dudas del comienzo, Luis Romero se declina por el paisaje, en el que encuentra su motivo de inspiración. Desde sus raíces rondeñas y su serranía, nos adentra en las líricas huellas del paisaje andaluz. Paisaje de forma mágica y soñada, donde la presencia del hombre sólo la podemos percibir en el desarrollo lírico del paisaje. Romero entra de lleno en la ingenuidad primitiva, con una carga de realismo mágico, en un laberinto de luces y sombras, en una complicada y perfeccionista urdimbre de muy compleja realización con unos resultados plásticos intransferibles.

En esta muestra titulada «NOCTURNOS», el pintor elige una gama de azules y violetas que transpiran el resplandor de lunas en horizonte. Al tiempo que luces cálidas de aconteceres, llenan las ventanas de cortijos y caseríos. Son noches para soñar donde el paisaje se torna mágico y deja al espectador una ventana abierta para su propio sueño.